Adolfo Domínguez cierra la primera jornada de la pasarela Cibeles con una colección repleta de cortes de arista, intercambio de texturas y brillos, utilización de cremalleras y conceptos scuba basados en el deporte del buceo.
El resultado es un acabado elegante e innovador con tintes sci-fi en el que destacamos el regreso de los tejidos sintéticos, tornasolados y acolchados, combinados con aplicaciones de pelo rasurado que huyen de los volúmenes exagerados.
La paleta cromática del diseñador se presenta serena y contenida –grises piedra, malvas, púrpuras y verdes neutros- con alguna que otra puntualización energycomo la que encontramos en unos abrigos de lana rústica turquesa intenso. Los únicos estampados en la colección consistían en una serie de sutiles y abstractos prints galaxy que emulaban constelaciones planetarias.
Los zapatos consistían en botines stilletto con suelas de goma y lengüetas desarrolladas al estilo motero. La opción black tie radica en largos vestidos de escote Diana confeccionados en delicado terciopelo o cota de malla dorada. La propuesta masculina estudia diferentes versiones de la prenda fetiche de los austeros pescadores: el abrigo marinero. Por Pedro Zozaya
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