Aunque es evidente que la estadística dice que en nuestra vida iremos más veces a una boda de invitada que de novia (a no ser que seas Elizabeth Taylor), y por tanto la información sobre estilismos bodiles en el campo invitada es más útil que la que tengamos acerca de la moda nupcial, vamos a hacer un pequeño repaso por las novedades de este pequeño universo paralelo que es el de las novias.
He de reconocer que después de la saturación bodil que viví en primera persona hace menos de un año me ha costado escribir esta entrada. Y es que después de tanto monotema, lo último que me llama es ponerme a ver más vestidos de novia… Aunque poco a poco lo voy superando…
Como digo, este año no estoy tan puesta en las tendencias de novia como el año pasado, pero parece que siguen reinando los escotes palabra de honor, los volantes y drapeados y los encajes.
Y es que como en el resto de los campos del diseño, cada casa, aunque va evolucionando con el paso de la temporadas, tiene su sello personal y sus rasgos característicos.
Rosa Clará sigue siendo una de mis diseñadoras favoritas en esto de las novias, y aunque se haya metido en una competición absurda con Pronovias en ver quien viste a más famosas (o quizá no sea tan absurda por la promoción que les hacen), cada temporada presenta un amplio abanico de vestidos, apto para todo tipo de novias.
Además, con su colección Rosa Clará Two (con precios que suelen estar entre los 1.000 y los 2.000 euros), amplía el abanico de bolsillos que pueden acceder a uno de sus diseños.
Pronovias es otro lugar de cita obligada a la hora de elegir el vestido de novia.
Su línea estrella, la que firma Manuel Mota (que por cierto está potenciando su línea para novias en solitario, en Sevilla abrieron tienda hace pocos meses).
Para las que no quieren dejarse medio presupuesto bodil en el vestido, cada vez surgen más alternativas. Además de Rosa Clará Two, Aire Barcelona también demuestra que es posible un vestido de novia bonito por un precio razonable.
Estos diseños con la manguita de farol me encantan, lástima que yo pareciera que iba a hacer la comunión más que casarme… Y es que hay que tener muchos factores en cuenta a la hora de elegir un traje de novia, sobre todo, verse con él puesto.
Adolfo Dominguez es de los últimos en subirse al carro de las novias. De hecho, yo que ando un poco despistada no sabía que los vendía en sus tiendas junto con el resto de la colección, y ya me había sorprendido de dos o tres vestidos que había visto en el escaparate y que me parecían más de novia que de invitada (de hecho la última vez que pasé por delante del escaparate me acordé de los comentarios del post de los vestidos de las invitadas hablando de la conveniencia de ir a una boda de blanco o no, porque con eso seguro que te tomaban por la novia del salón de al lado). Los precios rondan los 1.000 euros.
Una tendencia que se impone entre muchas novias, independientemente de autorías. es los vestidos tipo camisón, muy sencillos y como de los años 20. Aunque quizá prevalezca más en las que se decantan por diseñadoras-modistas que desde sus pequeños talleres ofrecen una atención personalizada desde el primer momento.
Y para terminar, una lectora del blog me envía unos parecidos sospechosos entre la colección de Rosa Clará 2010 que se presentó hace poquitos días en Barcelona y la última de Oscar de la Renta
Cameron Sevilla
España
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